Los hechos que aquí se relatan, fueron confirmados a través de una entrevista que concedió una madre de seis hijos, a radio TOP 93.3/ Patagonia Al Mundo, en la que acusa al cura Juan Molina, director de la Fundación Valdocco, que durante el tiempo que sus hijos estuvieron alojados en la institución, habría dado ilegítimamente en adopción a uno de sus seis hijos, a una familia de Río Gallegos.
Cabe subrayar, que sólo pueden ser adoptados las niñas, niños y adolescentes que un juez haya declarado en situación de adoptabilidad.
Además. lo culpa de ejercer posible delito de maltrato infantil y abuso psicológico, a través de la manipulación, aprovechándose de la situación de vulnerabilidad del niño.
Molina es un sacerdote católico, militante kirchnerista, cercano al Papa Francisco, que durante este último mes de noviembre 2024, quedó envuelto en un escándalo judicial, en el que el Gobierno de la provincia de Santa Cruz, denuncia a la Fundación Valdocco, sede en Cañadón Seco, por presunta defraudación en perjuicio de la administración pública por el manejo de fondos que reciben de los ministerios de Desarrollo Social y Educación.
En la última semana, la Justicia resolvió no archivar el expediente sobre las irregularidades detectadas en la Fundación Valdocco, un revés judicial, para la fundación que se encuentra bajo la lupa de los jueces y de la sociedad en su conjunto.
EL RELATO DE LA MADRE
“Yo al cura Juan Carlos Molina, lo conocí a fines del año 2002, antes que él comenzara con la Fundación de Cañadón Seco, tenía el oratorio del Galpón Lapeyrade en Caleta Olivia, ahí empezaron a ir chiquitos a estudiar, tomaban la leche, hacían cosas recreativas, dibujaban, jugaban, todo después del horario de clase”.
En el transcurso de ese tiempo, hubo un incidente en el barrio donde vivíamos, en donde mi hijo de 12 años, el más grande, resultó herido, recibió un disparo de esas balas de goma en el rostro. A raíz de esta situación, el cura fue a hablar con mi hijo al hospital, porque había quedado en observación, y le preguntó si se quería ir con él, al Galpón Lapeyrade, (Caleta Olivia), en ese momento mi hijo se fue con el cura.
Luego, fui a hablar con él sacerdote, para poner a mis otros cinco hijos, porque yo trabajaba todo el día como municipal y fue en ese momento, cuando empezaron a ir mis hijos, que tenían entre 7, 12, y 10 años, eran muy chicos. Después se sumó la nena, que tenía seis y los dos más chiquitos y ahí fue cuando empecé a conocer al cura.
A parte de trabajar en la municipalidad de Caleta Olivia, tenía otro trabajo más, porque con seis hijos, madre sola, no alcanzaba. Por eso, le fui a hablar, para poder dejar a mis hijos ahí durante el día y a la noche y después los retiraba.
El cura me dijo que sí, pero que ese lugar no estaba para eso, pero que me iba a dar una mano en ese sentido.
Al principio fue de esta manera, los llevaba y los retiraba, pero eso duró una semana, después me mandó hablar con la doctora Silvia Silva, trabajaba como defensora de menores en el juzgado de Caleta Olivia.
“Cuando fui a hablar, me confirmó que sí, que autorizaba que los chicos estén ahí, pero que los tenía que dejar todas las semanas, no podía retirarlos, tenía que dejarlos.
Entonces, “YO ACEPTE”, quedaron en la Fundación Valdocco.
Aunque después, ya me decian que yo no podía ir a verlos, y si iba, me decían que no tenía que ir tan seguido, porque los chicos se tenían que adaptar al lugar donde estaban. “Y yo, por resguardo de ellos, me parecia bien”
Cuando el Padre Juan Molina, se lleva a mis hijos, de Caleta Olivia, no me había enterado.
Al momento, que fui a verlos al Galpón Lapeyrade en Caleta, ahí me dijeron que no estaban más, que se habían ido a una “ESTANCIA”, pero no me especificaron cuál.
Averigüe dónde quedaba ese lugar, y ahí me dijeron que era una estancia de YPF, (La estancia “Pibes de la Patagonia” a pocos Kilómetros de Cañadón Seco), en la que actualmente está la fundación y se realizó la inspección ocular por el juzgado de familia, las tierras pertenecían a Repsol YPF).
La madre continuó su relató: “Así que los iba a ver ahí, a la estancia, pero eso era cuando lo permitían, porque si yo iba sin avisar o sin permiso no me dejaban ingresar, ni verlos”.
Para ir a ver a mis hijos, ellos me contactaban. Recuerdo que la estancia quedaba lejos. Entonces me decían a través de la gente que trabajaba con el cura, el día que podía para ir a visitarlos. Por lo tanto, te avisaban, tal día te van a pasar a buscar para que vayas a ver a los chicos, me llevaban, y después me volvían a dejar a mi casa.
“Ante esta situación, que no podía recuperar a mis hijos, fui a defensoría e hice una nota pidiendo que me manden a trabajar a la fundación “.
Por otro lado, me había enterado que había gente de la Municipalidad de Caleta Olivia que trabajaba en Valdocco, entonces pedí que me manden a trabajar a la estancia, para que yo pueda tener contacto con mis hijos.
“Me mandaron con una carta de referencia para el cura, y ahí los de Valdocco me aceptaror. En aquel momento, me pasaban a buscar a las 7 de la mañana para ir a trabajar, como ayudante de cocina entre otras tareas.
Por ello, pude tener un mínimo contacto con los chicos, apenas ingresaba a trabajar a la fundación, me daban un beso y nada más, así saludaba a mis seis hijos con un beso a cada uno y podía estar solo un ratito con ellos. “Imagínate la tristeza que sentía, al ser su madre me daba cuenta que ellos no estaban bien”.
“En una de las visitas, uno de los nenes llorando me cuenta que él se quería ir de Valdocco, porque no le gustaba, lo trataban mal, entonces yo fui a hablar a defensoría y al Juzgado del Menor de Caleta Olivia, y me respondieron que iban a mandar un asistente social, para que vaya a corroborar lo que decía mi hijo sobre no seguir en la fundación.
Al final fueron, sin embargo por la misma manipulación de todos los grandes de esa fundación hacia los menores, no sé cuál sería la amenaza o qué cosa le manifestaban a mi hijo, que cuando le preguntaron le dijo que no quería irse, y era el mismo hijo que me pedía que lo sacara del lugar. Él expresó, que estaba bien en ese lugar. No podía creer lo que estaba pasando pero me daba cuenta que lo estaban manipulado, Pero quién iba a creerme a mí, si el cura se manejaba con todos los poderosos.
Recuerdo que, “para una fiesta fui a la Fundación para pasar la Navidad, cuando me íba otro de mis hijos, el nene más chiquito mío, se puso a llorar y me agarraba de la pierna, una persona lo agarró de la oreja, le pegó un chirlo en la cola, y otro le dio la espalda, en ese momento, yo me iba subiendo al colectivo, pero mirando siempre lo que pasaba.
En este sentido, “cuando note eso me volví, y le pegué un empujón a esa chica, y le pegué una cachetada, alguien me sacó y me dice que me vaya de ahí – Yo le respondí – “Vos no sos nadie para pegarle a mi hijo, ahí quedó todo, no pude ver más a mis hijos, y directamente se cortó el vínculo, aproximadamente por dos años”
MALTRATO INFANTIL
En relación sobre si recordaba algun episodio que le llamara la atención por su paso en la Fundación expresó: “Me acuerdo que cuando trabajaba en Valdocco, hubo un hecho donde uno de los nenes que tendría entre 11 y 13 años, lo entraron como tironeando lo del brazo, lo pasaron por la cocina, le pegaron unas cachetadas y luego lo mandaron a un cuartito, ahí entró el cura con otro coordinador más y la directora de ese momento, y cuando salió el nene, se le notaba las marcas de los dedos en la cara, un ojito hinchado, la boca sangrando de ese episodio.
“Me acuerdo bien del maltrato hacia ese niño, que fue terrible”
Después al tiempo, me enteré que se habían ido al Chaco , no sabía nada de eso, hasta que me enteré que estaban en el Chaco todos los chicos, incluso mis hijos”.
LA ADOPCIÓN
En otro tramo de la entrevista se refirió al encuentro con sus hijos y a la presunta adopción: “La nena tenía 13 años cuando salió de Valdocco, y entre ellos está el nene que entregaron a una familia de Río Gallegos, que tendría 11 años en ese momento”.
“Ahora ya es grande, al entregarlo en esa edad también es cierto que se acostumbran en la familia adoptiva y no te quieren más”.
Al cortar la desvinculación con la familia de origen, es muy difícil después recuperarlos, porque uno es una completa desconocida. Este es un dolor que jamás voy a poder dejar de sentir. El tiempo perdido nadie se lo va a devolver a mi ni a mos hijos”.
Hace unos años atrás me reencontré con mi hijo, el que dieron en adopción, pero fue algo frío porque yo le quise explicar cómo habían sido las cosas, y él no quiso hablar, dijo que de ese tema no quería hablar.
Pero los otros cinco hijos los pude recuperar a todos. Tres de ellos salieron cuando cumplieron los 18 años.
La madre consultada sobre qué opina del cura sostuvo: “El cura Juan Carlos Molina, me robó a mi hijo, y eso lo voy a decir siempre, me quitó el derecho de ser madre”. “Entregaron a mi hijo a una familia de Río Gallegos”, con quien me contacté pero esa familia no entendió que yo era su madre. Nadie me escuchó ni respetó mis derechos, ni los de mis hijos.
Además explicó.”En el juzgado de familia de Caleta, siempre decían lo mismo que declaraba el cura en los medios de comunicación, que los chicos en Valdocco estaban felices”, tanto la Defensoría de Caleta Olivia, y la doctora Silva o la doctora Álvarez, te decían eso, que los nenes estaban contentos.
Esta frase que mencionó la repetían como loros, “Son felices viajando, juegan, se divierten, cosas así me decían ellas, pero… “Yo pregunté a una de las doctoras ¿Qué es lo más importante para un hijo? -Y le explique a la Dra. Silva que – “lo más importante para los chicos es la familia”.
— Por otro lado, “a los chicos los querían comprar con viajes, y cosas que yo no les podía dar” . Luego, la Dra. Álvarez, me reprochaba porque lloraba cuando estaba frente a ella, y le pedía por mis hijos, y me decía que no estaba preparada para cuidar de ellos porque lloraba en su presencia. Como no voy a llorar, si suplicaba para que me devuelvan a mis hijos, finalizó.
FUENTE: RADIO TOP 93.3/ PATAGONIA AL MUNDO