La Caja de Servicio Social, la obra social de los empleados públicos de los tres poderes del Estado provincial, acumula una deuda al mes de diciembre de casi 14 mil millones de pesos. Lo releo y no lo puedo creer.
Desde 1964, la caja es un organismo Autárquico, destinado a brindar a los empleados en actividad y pasividad y su grupo familiar, las prestaciones medico asistenciales y de asistencia económica. Fue un orgullo de todos los santacruceños.
Ya no lo es.
El déficit en la atención, estructura y prestaciones que debería garantizar el Sistema Público de Salud, abandonado desde hace décadas en las que se transfirió recursos al sistema privado, dejaron en terapia intensiva a la Caja.
La falta de control en casi todas las áreas y el abandono la fueron poniendo en el lugar que está. Así nos dejó el kirchnerismo.
Por eso nuestra responsabilidad y prudencia en el gasto. Por eso nuestra obsesión por volver a ordenar las cuentas, controlar cada peso; porque quiero sacar adelante a Santa Cruz. No vine a perder el tiempo, a hacer más de lo mismo, a dejar las cosas como están o a salvarme solo. Vine a contribuir, a cambiar la historia. Nos salvamos todos, o ninguno. Estoy convencido que lo haremos juntos, y lo haremos trabajando.