Claudio Vidal recorrió nuevamente El Calafate y se reunió con vecinos y vecinas, principalmente, de los barrios Isla Solitaria, Terrazas de manantiales, Balcones de terrazas, 900 y 1300 viviendas, Calafateños 1 y 2, entre otros.
Tras las reuniones, se mostró “profundamente preocupado por la gran desigualdad en la que viven los vecinos de esta ciudad, El Calafate es el paraíso, es cierto, pero es el paraíso de la desigualdad, un paraíso al que no entra casi nadie”.
El candidato a gobernador por un amplio frente de diversas corrientes santacruceñas, denunció que “quien se aleja de las postales que ven en el resto de la Argentina y se interna apenas unas cuadras en los barrios, puede ver terrenos, casas y mejoras; sin servicios de salud, sin redes cloacales, sin servicios básicos esenciales, con escasez de agua”.
Lamentó que “el acueducto que fue creado en el año 2011 y que iba a abastecer a 60.000 habitantes; hoy no puede brindarle el vital elemento a los 22.000 pobladores que la habitan actualmente, debido a las continuas roturas y falta de mantenimiento e inversión. Esa es la realidad, y no las selfies de la casta más acomodada de la política de Santa Cruz”.
Aseguró que “en el casco céntrico seguimos viendo aguas servidas, producto de una red cloacal colapsada, que recorren calles y decantan en la laguna Nimez, que es una reserva natural de protección de aves pero sólo en los papeles, porque acá no se protege a nadie ni a nada”.
Además, destacó su “orgullo” por el “trabajo de la Asociación civil “Sol brillante”, que en silencio y con el esfuerzo denodado de su comisión, los 27 jóvenes que asisten y sus familias, día a día generan actividades y talleres a personas con discapacidad”.
Vidal se comprometió a “seguir acompañando y fortaleciendo estas iniciativas que buscan integrar a jóvenes con discapacidad al mercado laboral formal, generando acciones de formación en oficios y colocación de sus productos en el mercado local”.
En su descripción, detalló que “asociaciones civiles, iglesias y docentes nos plantearon problemáticas ligadas a necesidades de la población, la falta de equidad que viven todos los días, donde son discriminados y presionados por no ser amigos del poder local o provincial. Me comprometo a cambiar esta realidad, porque acá en Calafate, además de la desigualdad, puedo ver el poder real de la gente. El paraíso que los demás ven en las fotos, lo sostiene este pueblo maravilloso, que merece vivir mejor. Estas prácticas de un modelo acabado, producto del egoísmo y el clientelismo debe terminar, es nuestro desafío principal”.