El Elefante marino es el animal emblema del Parque Interjurisdiccional Marino Makenke. Esta particular y enorme especie habita las aguas santacruceñas e integra uno de los ecosistemas más grandes de nuestro país, el del Mar Argentino.
Hace diez años que Makenke es un área natural protegida, aunque, según aclara Juan Ignacio Jones -Intendente del Parque Interjurisdiccional Marino- hace cuatro que comenzó su verdadera implementación: “Hasta 2018, se trataba de un área protegida de papel”. Makenke tiene la particularidad de ser un parque estrictamente marino: no tiene costas, islas, ni tierra firme, pero lo que sí posee, es un enorme valor ambiental.
“Hasta ahora, Argentina ha vivido de espaldas al mar, hemos olvidado esa parte de nuestro territorio, que es dos veces el tamaño de la tierra continental que tenemos. Paradójicamente, el ecosistema del Mar Argentino es el más grande del país, no solamente a nivel Parques Nacionales; por eso, en la actualidad, le estamos poniendo mucho esfuerzo en recursos económicos, humanos y operativos”, explica Jones.
“Cuando uno se propone conservar el mar, son tres las dimensiones que se están preservando: la columna de agua tiene distintas particularidades, desde la superficie hasta su parte más profunda, con temperaturas variadas, diferencias en los nutrientes y corrientes y hay organismos que viven determinados momentos de su vida más arriba o más debajo de esa columna. Además, están los fondos marinos que, según sean rocosos, arenosos o blandos, presentan ecosistemas diferentes”, detalla Juan Ignacio, quién es técnico en manejo de áreas protegidas, licenciado en Gestión ambiental y especialista en oceanografía, además de docente en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA).
Entre estos distintos organismos que viven en las aguas marinas, existen algunos muy relevantes, por su función respecto al cambio climático que está sufriendo el planeta en la actualidad. “Mucha gente no lo sabe, pero más del 50% del oxígeno se genera en el mar, mediante organismos microscópicos que son capaces de producirlo. El mar es el principal sumidero de los gases del efecto invernadero”.
El animal emblema de Makenke es el elefante marino, una especie que vive el 80% de su vida en el agua. “Solamente toca tierra para reproducirse, o para cambio de piel”, explica Juan Ignacio, quien habla con conocimiento de estos animales tan enormes como llamativos, que miden entre 3,5 y 5 mts de longitud (según sean hembras o machos) y pesan 800 y 4.000 kgs, respectivamente.
“Son realmente maravillosos: tienen la capacidad que tienen de aguantar la columna de agua encima de sus cuerpos: hay seguimiento de animales que han buceado a una profundidad de hasta casi 600 mts. Tienen un sistema de circulación doble a nivel sanguíneo, por lo que pueden oxigenarse y desoxigenarse de manera paulatina. Y, a diferencia de los lobos marinos, tienen una capa de grasa tan gruesa que les permite no solamente soportar la presión, sino también aislarse del frío de las profundidades”.
El principal alimento de los elefantes marinos es el calamar y, para capturarlos, han desarrollado otra de sus características físicas más llamativas: ojos de gran tamaño. “Son animales con muy buena visión, lo que les asegura el alimento. Afortunadamente, es una especie que no ha tenido problemas poblacionales en los últimos años, y tiene bastante distribución en Argentina. En las épocas reproductivas, podemos encontrarlos en la zona de Punta Delgada, cerca de Puerto Madryn; después existen colonias muy pequeñas, entre ellas, la que tenemos aquí”.
La elefantería se encuentra en la parte sur del parque y es el lugar donde se realizan los censos poblacionales, de manera estandarizada: “hacemos un conteo en la playa, cuando los animales están en tierra firme, y tenemos dos censos fijos al año – siempre en la misma fecha-, para poder comparar de manera sistemática a lo largo del tiempo”. Además de contabilizar la población, los censos permiten otro tipo de análisis: “La presencia de los animales nos da un diagnóstico de cómo está el mar, cuál es la disponibilidad de alimento en ese lugar, si hay sobre pesca o cuestiones de cambio climático que estén afectando. Afortunadamente, el elefante marino está en buen estado poblacional”.
La fotografía es una de las herramientas más utilizadas para censar animales, pero en el caso de los elefantes, su tamaño hace que sea sencillo identificar a los individuos. Los machos desarrollan su trompa hacia los ocho años de edad, cuando comienzan a competir por la reproducción y en la tierra se desplazan con movimientos ondulantes, sin utilizar las aletas.
“Como la elefantería se encuentra debajo de un acantilado de 85 mts de alto, es difícil tomar dimensión del tamaño que tienen. A veces, analizamos las fotos que sacamos con el dron, observamos que los animales tienen un suncho o están agarrados de residuos pesqueros o cubiertas, entonces sí, bajamos haciendo rapel para realizar los cortes de esos elementos y darle un poco más de chane al animal. En ese momento, estando al lado, te das cuenta de que son realmente enormes”.
Precisamente, es su espectacular tamaño y su escasa cantidad, lo que ha hecho de esta especie el emblema del Parque Interjurisdiccional Marino Makenke. “El elefante es muy común en nuestro territorio, pero se encuentra en lugares muy puntuales y uno de ellos es nuestro parque. Otro animal muy importante para nosotros es el cormorán gris que, además, es endémico de Santa Cruz: más del 50% de los representantes que habitan en la provincia se encuentran aquí, por lo que cualquier cosa que suceda en esta cormoranera es definitivo para la especie”.
A partir de octubre, es el momento en que los elefantes marinos empiezan a llegar al parque, aunque la época concreta y la cantidad de ejemplares son variables: “no son siempre los mismos, a veces vas y hay uno y al otro día llegás y te encontrás con ochenta elefantes.”. La verdadera certeza es que Makenke es el lugar que eligen y que proteger el ecosistema marino es fundamental para la supervivencia de esta gigante especie.
Datos Útiles
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Los elefantes marinos tienen una longitud de 3,5 mts (hembras) y 5 mts (machos).
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Su peso es de 800 y 4.000 kg respectivamente y los machos desarrollan su trompa a los 8 años de edad.
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La elefantería se encuentra ubicada en la zona sur del parque, debajo de un acantilado de 85 mts.
Existen dos ingresos para las playas linderas al Parque que poseen acceso público:
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Por el Circuito Costero (Acceso de ripio en el Km 2230 Ruta Nacional 3 a 19 km al norte de Puerto San Julián)
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O ingresando por Reserva Faunística Península de San Julián: (Acceso en el KM 2262 Ruta Nacional 3, a 12 km al Sur de Puerto San Julián, luego camino de ripio por 17 km.)
Si bien no hay un horario para ingresar y salir del Parque, hay que tener en cuenta las horas de luz durante el día, ya que la oscuridad torna muy peligroso el tránsito.
Se recomienda ingresar con buena visibilidad y salir antes del atardecer, además de contemplar el cambio de las mareas y su impacto en las playas.
FUENTE: Agencia Ambiental