Después de casi una semana de paro, los trabajadores de Yamana Gold, se vieron obligados a levantar el paro y se retiraron de las instalaciones de la empresa. A su llegada a Puerto Deseado fueron recibidos como héroes, por familiares, amigos, mineros y otros sectores, que palpitaron varios días entre la amenaza de despidos masivos y una represión que finalmente no se produjo.
Ninguno de los reclamos planteados ha tenido solución, ni la equiparación salarial, ni las cuestiones de seguridad y otros temas.
En el Acta final la empresa se compromete a no producir despidos, se reserva el derecho a suspender con goce de haberes a los que hayan tenido un rol “relevante” en el conflicto sujeta su situación final a los resultados de “las causas judiciales” derivadas del conflicto. Causas que nadie conoce ya que la protesta ha sido pacífica y no se ha producido daño alguno a personas ni bienes. Luego promete mantener el diálogo con la representación electa siempre que los delegados planteen cuestiones “pertinentes” a sus funciones. También la empresa “tendrá en cuenta” los días caídos y si produce descuentos los hará en dos cuotas.
Sin embargo y a pesar de este panorama, ya nada será igual en Cerro Moro y el apoyo popular hacia la huelga conmovió a Puerto Deseado, con varias marchas y hasta la ocupación de un edificio de la Intendencia local. El reclamo se combinó con reclamos por puestos de trabajo por parte de la UOCRA y el pedido de reapertura de paritarias de ATE al municipio.
Lucas Olaz el principal referente de esta lucha prometió sumarse a la ocupación que llevan adelante estos gremios que apoyaron la lucha de Cerro Moro.
Tremendo desprestigio se ha ganado Javier Castro de AOMA que desde un primer momento especuló con que un despido masivo llevara a una “limpieza de opositores”, empezando por el cuerpo de delegados recién elegido. No emitió una posición pública en una semana con uno de los 5 yacimientos de Santa Cruz atravesando el conflicto más extenso que se recuerde en la actividad y se dedicó por abajo a amenazar trabajadores uno por uno para que abandonen la lucha.
Otro papel lamentable le tocó al Ministro de Trabajo Lalo Camino, que actuó como agente directo de la multinacional contra los trabajadores, sin lograr quebrarlos. Incluso debió aceptar la renuncia de una de sus funcionarias en medio del conflicto.
El desenlace se produjo por medio de una mediación del concejal FDT Aberastury y del diputado FDT Kaky González, cuya real función terminó siendo que los trabajadores abandonen sus reclamos y firmen el acta.
Haber parado este yacimiento, haber logrado mantener la huelga una semana es heroico y el haber logrado un importante apoyo popular también hay que incorporarlo a un balance.
Se abre una nueva etapa. De alguna manera el debate sobre las reivindicaciones planteadas se va a abrir paso, aunque la patronal se sienta fortalecida para golpear en lo inmediato la organización obrera.
Fortalecer la unidad, reagrupar al activismo junto al cuerpo de delegados, afrontar las supuestas causas penales que puedan abrirse por medio de una activa solidaridad popular, insistir con la equiparación salarial, a estas horas apenas levantada la huelga, aparecen como las tareas inmediatas.
Fuerza compañeros mineros, nunca mejor aplicada la idea que esto ha sido solo un primer round y que la lucha continúa…
Miguel Del Pla