En el marco de la segunda ola de la pandemia del coronavirus, la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC) repasa el estado de situación de la atención oncológica.
Los estudios de detección temprana son la clave para reducir la mortalidad de los tipos de cáncer prevenibles.
Los pacientes con antecedentes de cáncer o en tratamiento oncológico se consideran con mayor vulnerabilidad a infecciones virales por lo que es fundamental extremar los cuidados preventivos sobre todo en aquellos pacientes que llevan adelante tratamientos activos como quimioterapia, inmunoterapia, radioterapia o inmunosupresión.
Tener cáncer aumenta el riesgo de padecer el COVID-19 de forma severa, pero hay factores que pueden aumentar aún más el riesgo, como un sistema inmunitario debilitado, la edad avanzada o ciertos problemas de salud. Desde los inicios de la pandemia se considera la posibilidad de que las personas con leucemia tengan un riesgo más alto de infección prolongada por COVID-19 dado que no se generan los suficientes anticuerpos. Por eso, desde mayo los pacientes oncológicos son parte de la población prioritaria para la aplicación de la vacuna.
Además de quienes ya poseen el diagnóstico, no se debe dejar de lado en este contexto la importancia de la detección temprana del cáncer. Desde el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), en 2020, la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC) ha registrado una caída del 80% en la cantidad de estudios realizados para el diagnóstico temprano de cáncer y hubo un marcado descenso en el número de sesiones de quimioterapia y terapia radiante. En este sentido, desde la Institución remarcan la importancia de continuar con los controles, ya que la enfermedad avanza más allá del contexto sanitario.
“El cáncer no se incrementa ni decae por la presencia o ausencia del COVID, la incidencia del cáncer es la misma. El problema es que al disminuir la asistencia al médico no se detecta precozmente y consultan más tardíamente con más complicaciones”, detalló el Dr. Carlos Silva, jefe del servicio de oncología del Hospital Británico de Buenos Aires y del Hospital Universitario Austral y coordinador del área psico-social de LALCEC.
Plan de vacunación para pacientes oncológicos
A partir de mayo, la Comisión Nacional de Inmunizaciones agregó a los pacientes oncológicos dentro del grupo prioritario para recibir la vacuna contra el COVID-19. Esas recomendaciones incluyen en primer lugar a pacientes oncológicos y oncohematológicos con diagnóstico reciente o enfermedad “activa”, es decir, menos de 1 año desde el diagnóstico, en tratamiento actual, o haber recibido tratamiento inmunosupresor en los últimos 12 meses, y enfermedad en recaída o no controlada.
En el caso de pacientes que requieran o realicen tratamiento de quimioterapia se recomienda recibir el esquema completo de vacunación (2 dosis) al menos 14 días previos al inicio del tratamiento. “De no ser posible, se sugiere demorar la vacunación hasta el momento en el cual exista una recuperación medular estable o se encuentren en fase de consolidación”, especifica el documento oficial del Ministerio de Salud de la Nación. Según informó la revista Lancet Oncology la inmunidad de los pacientes oncológicos aumentó significativamente.
¿Qué cambió con la pandemia?
Se está cursando el segundo año de la pandemia del coronavirus, durante la cual se afianzaron las modalidades de trabajo y atención vinculadas al cuidado para reducir la circulación y el contacto entre pacientes. Disminuyeron las consultas presenciales, pero crecieron las consultas telefónicas o virtuales. En relación a los seguimientos, se suspendieron las visitas de seguimientos no esenciales y se diseñó un modelo de atención estratificada por riesgo. Cada una de estas medidas que tomaron las instituciones de salud tuvieron como objetivo por un lado reducir las esperas presenciales –que aún con protocolos implican riesgo-, y por otro lado, buscan que el coronavirus no sea un motivo para que los pacientes abandonen sus tratamientos.
“Es fundamental aclarar que no todos los pacientes oncológicos presentan el mismo riesgo frente a la infección por COVID-19 y que se pueden identificar diversas situaciones en relación a la enfermedad”, aclaró el Dr. Silva. Un paciente que fue diagnosticado y aún no está en tratamiento, un paciente que está en tratamiento activo o que lo estuvo recientemente (quimioterapia –oral o endovenosa-, otras terapias orales y radioterapia), o un paciente que atravesó un cáncer y en la actualidad está en control, son algunas de las situaciones que pueden presentarse.
“Es probable que aquellos pacientes que actualmente tienen cáncer o están en tratamiento oncológico activo presenten un mayor riesgo de evolucionar a formas graves de COVID-19. No obstante, todos los pacientes deben consultar con su médica o médico tratante cuál es su perfil de riesgo y tomar las precauciones que sean necesarias”, afirma el documento de Recomendaciones para pacientes oncológicos, de la cartera nacional de Salud.
La situación con las cirugías
En estos casos, será el médico tratante quien deberá debatir con sus pacientes los riesgos de acuerdo al contexto. Desde la medicina, las diferentes instituciones de salud deben asegurar la atención de los pacientes y tomar los recaudos para protegerlos de un posible contagio. Entre esas precauciones está también la de focalizarse en el tratamiento quirúrgico adecuado y en el soporte general de los pacientes internados y ambulatorios.
Es fundamental, en este sentido, sostener el tratamiento de salud mental para pacientes, familiares y cuidadores durante la pandemia. Para acompañar en este sentido, LALCEC lanzó su área psico social, con programas gratuitos y grupales de acompañamiento terapéutico.
Extremar cuidados
En el caso de los pacientes oncológicos, las recomendaciones llaman a extremar cuidados y ponen énfasis en la precaución con algunos puntos para tener en cuenta siempre. Uno de ellos es limitar o evitar la interacción con otras personas y tomar recaudos cuando se interactúe, con algunos ítems para tener en cuenta:
· Usar una mascarilla que cubra bien la nariz y la boca
· Respetar el distanciamiento social
· Aplicarse la vacuna según las recomendaciones oficiales
· Evitar multitudes y los espacios interiores con escasa ventilación
· Lavar con frecuencia las manos con agua y jabón
· Cubrir nariz y boca al toser o estornudar
· Limpiar y desinfectar a diario las superficies que se tocan con frecuencia
· Estar atento a la aparición de posibles síntomas del COVID-19