Máquinas de foto prestadas y amor por la naturaleza. Así comenzó la pasión de Franco “el turco” Bucci en una región que es fuente de inspiración. Los paisajes del noroeste santacruceño y la fauna de la estepa, en el centro del lente.
Franco “el turco” Bucci se impone un desafío casi a diario. Nada menos que retratar las bellezas que desde chico fueron el escenario de su vida. El noroeste santacruceño es pródigo en naturaleza y quienes la habitan son inspiradores de historias y futuro. “Las fotos también tienen sujeto y predicado”, se dice entre los reporteros gráficos.
Desde su Perito Moreno natal y con cámaras que conseguía en la ‘Cooperativa Evolución’ o con amigos, “El turco” desde chico salía a buscar las mejores tomas del río y el cañadón Pinturas o de la Cueva de las Manos. En el camino, pumas, chinchillones, guanacos, choiques, “posaban” para sus fotos. “Me gusta mostrar esto, lo nuestro, lo que es de acá. Todo lo que tengo cerca mostrarlo y que la gente en cualquier parte del mundo lo pueda conocer a través de lo que hago”, afirma.
Bucci no duda en sus preferencias. “Siempre me gustó más la naturaleza. Arranqué haciendo fotos de retratos de la gente en un calendario de Cultura de Perito Moreno que ya tiene 13 años y en el que retratamos gente del pueblo. Pero a mí, más que nada, me gustan los paisajes”.
También destaca el momento en que pudo dedicarse de lleno a la fotografía a partir de su relación con Rewilding Argentina. “Me interesó el trabajo que estaba haciendo la Fundación con la recuperación de lo que ahora es el Portal ‘La Ascensión’. En 2017 empecé a trabajar con ellos haciendo fotos de ese proceso. Mi trabajo fue documentar cómo se fue restaurando el ambiente junto a las construcciones de lo había sido la estancia. y además, el trabajo con los emprendedores de Los Antiguos y de Perito Moreno sus historias y la que se estaba generando dentro del Portal”.
“La foto va más allá de una buena cámara”
“Muchas veces uno está solo, esperando el momento. Es como que tenés un contacto diferente. En medio de un cañadón, caminando y esperando la mejor luz. Pude retratar a las pumas que están con sus cachorros. Me quedé cinco horas para captar ese momento. Sentí una conexión muy fuerte”.
“La foto va más allá de una buena cámara. Depende de que cuente algo. Por ahí la sacas con un celular y la foto tiene una historia detrás. Podés aprender mucho de lo teórico, pero lo primordial es la práctica y buscar el vínculo con otros fotógrafos, intercambiar experiencias para armar la propia. Miras todo de una forma distinta. Es una forma de vida”.
“Lo que no he podido todavía y que me gustaría hacer es el cortejo del Macá Tobiano. Por alguna cuestión u otra, todavía no pude subir”. El fotógrafo se refiere a la ceremonia de la especie emblema del Parque Nacional Patagonia en riesgo crítico de extinción. Esta ave tiene una ceremonia de cortejo muy elaborada que incluye muchas posturas siempre a la par, erguidos, para luego detenerse, mirarse, y comenzar un movimiento con los cuellos y cabezas en el que miran hacia uno y otro lado. Luego de unos instantes detienen ese movimiento para volver a nadar sincronizadamente.
En el Parque Patagonia se han realizado dos ediciones de un encuentro de fotografía que, en este inmejorable marco, invita a participar a fotógrafos de diversos lugares para intercambiar experiencias a través de charlas y salidas al territorio. “Vamos al cañadón Pinturas, hacemos observación de fauna, buscamos fotografías nocturnas. Ese contacto con otros fotógrafos, con periodistas, es enriquecedor”, señala Bucci. “Abre las puertas a destinos impensados. Gente que está haciendo trabajos científicos, ven tu foto y te contactan para usar en documentales.
El “detrás de la escena” de la foto que eligió National Geographic
Para un trabajo que se está haciendo sobre los guanacos, la National Geographic publicó en las redes sociales una de las fotos de Bucci para acompañar una nota del director científico de la Fundación Rewilding, Emiliano Donadío.
Sobre cómo fue el momento en el que pudo registrar su foto más famosa, Franco lo describe con detalle. “Había ido a cambiar las cámaras trampa de los chinchillones al cañadón. Fui medio tarde. Cuando volvía ya era de noche. Justo había un evento de la luna y yo sabía que podía tener alguna buena foto. Empezó a pasar un grupo de guanacos, así que me quedé esperando”.
Franco detalla que pasó “mucho tiempo, recostado sobre las matas, todo pinchado” para dar “con el ángulo justo y engancharlo con la luna detrás. Empecé a sacar y ninguna me quedo como yo esperaba, con el guanaco mirando para adelante” Bucci se fue con la sensación de no haber obtenido lo que buscaba. “Al otro día revisando las fotos vi esa: el guanaco mirando para atrás, que entra justo en la parte de la luna. ¡Casi borro la carpeta! La subí a las redes, a la gente le gustó y la terminó eligiendo la National Geographic. Son cosas que no te esperás”.
“Nunca quedás conforme con la última foto. Uno siempre tiene la expectativa de que la que viene va a ser la mejor foto”. Lo cierto es que la difusión de esas imágenes captadas antes con el corazón que con los ojos, contribuyen a reforzar la identidad y a valorar lo que la naturaleza y los habitantes han hecho de esta zona del noroeste de Santa Cruz. Ahí están las fotos de “el turco”, pasen y vean!
Agencia Ambiental