El hostigamiento y la persecución que hoy empujan a una compañera a renunciar a su trabajo son los mismos factores detestables que en otro momento llevaron a un compañero a tomar una determinación fatídica que hasta hoy nos duele y que seguimos lamentando. Cuando hace más de dos meses denunciamos las exageradas y desmedidas demandas de los diferentes cargos políticos y algunos de carrera para con los docentes en tiempos de pandemia, hacíamos referencia exactamente a estas situaciones.
Es tanta su carencia de valores que no han logrado ni siquiera entender que si durante estos tres meses el vínculo pedagógico con los alumnos y familias ha podido sostenerse solo ha sido por el compromiso y dedicación del conjunto docente, como así también gracias a la inversión propia en los recursos necesarios para mantener la conectividad. Nada de esto podría haber sido posible por las erogaciones y responsabilidades del Gobierno de la Provincia, quien no solo ajusta ocultando cargos y horas cátedra privando a cientos de compañeros de la posibilidad de tener trabajo, atrasando mes a mes el pago íntegro de nuestros haberes, sino que también lo hace omitiendo la existencia de este tipo de situaciones y desde allí dando lugar a que los docentes pierdan su fuente laboral por no poder soportar la presiones que se ejercen sobre ellos.
Desde la ADOSAC repudiamos enérgicamente la actitud de los cargos políticos y algunos de carrera que han asumido la tarea de verdugos modernos, condenando a los docentes a sucumbir entre la angustia, el estrés y la denigración constante. Exigimos que no se dé por aceptada la renuncia de la compañera Lorena N. Niccolai, que se la reintegre de inmediato a su trabajo y que se tomen las medidas necesarias para evitar que situaciones como estas vuelvan a repetirse perjudicando de manera gravísima a cualquier trabajador de la educación.
ADOSAC