La rica fauna del Parque Patagonia mantiene la integridad de la frágil estepa patagónica y, desde hace miles de años, ha moldeado la cultura de este rincón santacruceño. Hoy en día, además, se presenta como una oportunidad de desarrollo de potencial incalculable, principalmente a través de actividades de ecoturismo basadas en la observación de vida silvestre. Conocer mejor a estas criaturas majestuosas nos permitirá valorarlas y apreciarlas como parte de la diversidad natural y cultural de esta zona. Pero también redundará en la conservación de nuestra casa común y en el desarrollo de nuevas oportunidades económicas para la población local.
Choique (Rhea pennata)
EL GRAN CORREDOR DE LA ESTEPAFoto C. Emmer
Es la segunda ave corredora más grande de América, y está desprovista de la capacidad de vuelo. Llega a tener un metro de alto y pesar hasta 30 kg. Habita las estepas de Patagonia y se alimenta principalmente de plantas e invertebrados. El macho se encarga de la incubación y cuidado de los charitos (pichones), mientras que varias hembras proveen de huevos a su nidada.
El choique es un símbolo de la singularidad de Patagonia y de su particular historia evolutiva. En Argentina ha desaparecido de muchas zonas donde en el pasado era una presencia frecuente. El Parque Patagonia, que alberga poblaciones en buen estado, podría convertirse en un aliado para recuperar a esta especie en lugares donde ha desaparecido.
Huemul (Hippocamelus bisulcus)
EL CIERVO ESTEPARIO
Foto F. Bussi
El huemul es un ciervo andino patagónico de apariencia robusta, llegando a pesar los machos adultos hasta cerca de 100 kilos. Los machos se diferencian además por poseer pequeñas astas bifurcadas durante la temporada reproductiva.
Vive en pequeños grupos familiares de 2 a 3individuos.
El huemul habitó zonas de estepas en el oeste de Patagonia pero desapareció de la zona del Parque Patagonia ya a principios del 1900 debido a la caza, la competencia por pasturas y la transmisión de enfermedades del ganado.
El huemul es el ciervo más amenazado del continente americano. Se estima que solo 1000 a 1500 ejemplares sobreviven en estado silvestre. En el Parque Patagonia es nada más que un recuerdo en las crónicas de exploradores y en las pinturas de Cueva de las Manos. Su conservación en este sector de Patagonia depende de programas de reintroducción que se desarrollen a futuro.
Guanaco (Lama guanicoe)
EL MIGRADOR ANCESTRAL DE LA PATAGONIA
Foto H. Povedano
Este camélido sudamericano es el mayor herbívoro de Patagonia, llegando a pesar 130 kg. De hábitos diurnos, durante el verano forma pequeños grupos familiares compuestos por un relincho (macho), una o más hembras y sus chulengos (crías). En invierno los grupos generalmente son de cientos de individuos. El guanaco tuvo una importancia trascendental en la ocupación humana de Patagonia y moldeó la cultura de los pueblos originarios de esta región. Desde la llegada de los colonizadores europeos, sus números han disminuido en forma notable.
El guanaco realizaba, en el pasado, grandes migraciones para evitar climas rigurosos y buscar buenas pasturas. Estos movimientos eran esenciales para hacer un mejor uso de los recursos forrajeros, evitando sobreexplotarlos en un solo sector y permitiendo que la especie prospere en la Patagonia.
Cóndor andino (Vultur gryphus)
EL VIGÍA DE LOS ANDES
Foto Rewilding Argentina
El cóndor es el ave voladora más grande del mundo, alcanzando los 3 metros de envergadura alar y los 15 kilos de peso. Puede desplazarse cientos de kilómetros en un mismo día y para poder recorrer estas distancias debe aprovechar las corrientes ascendentes de aire caliente.
Su plumaje adulto es de color negro, con plumas blancas alrededor del cuello y el dorso de las alas. Se alimenta de animales muertos, pudiendo ingerir hasta 5 kilos de carne en un día.
La increíble capacidad de desplazarse del cóndor hace que necesite de grandísimos espacios bien conservados para sobrevivir.
El control indiscriminado de depredadores como zorros y pumas, especialmente a través de venenos prohibidos y altamente tóxicos colocados en ganado muerto, han hecho que el cóndor sufra frecuentemente mortalidades alarmantes en la Patagonia cordillerana.
Puma (Puma concolor)
EL ARQUITECTO DEL ECOSISTEMA
Foto H. Povedano
Su capacidad de adaptarse a distintos ambientes y presas convierte a este felino, que puede alcanzar los 90 kilos, en la especie carnívora con mayor distribución en el continente americano. El puma es un excelente cazador de emboscada, y su principal presa en esta región es el guanaco.
Su presencia determina el buen estado y funcionamiento del ecosistema patagónico, al regular el número de herbívoros y carnívoros medianos, con un impacto positivo sobre la flora y fauna de la región.