Según expresa el comunicado de prensa que emitió la intervención “Los gremios eligieron sus privilegios por sobre el futuro de la cuenca”
Tras las reiteradas negativas de la dirigencia gremial a acordar, se venció el plazo del Procedimiento Preventivo de Crisis e YCRT solicitó cierre de actuaciones. A pesar de las instancias de mediación provistas, la falta de disposición constructiva de los gremios inaugura un capítulo menos feliz para esta historia.
La Intervención de YCRT emitió un informe técnico donde pide el cierre de las actuaciones del Procedimiento Preventivo de Crisis sin acuerdo. Este es el resultado al que se llegó tras el cumplimiento del plazo de negociación consignado por el PPC, a lo largo del cual la dirigencia gremial se rehusó a acordar a pesar de las múltiples concesiones hechas por la Intervención, como la reincorporación de los mineros anteriormente desvinculados. En este sentido, en el informe se realizó una evaluación objetiva y directa de los motivos que no le posibilitan a YCRT encontrar una salida la cual le permita consolidarse como empresa productiva.
Según indica el informe, el propósito (en todo momento) ha sido llevar racionalidad a las exigencias planteadas, pero no existió una intención constructiva de parte de la dirigencia gremial para entender la gravedad de esta crisis.
Tal como mostraron en cada una de las reuniones mantenidas en la sede de la empresa, como las que se efectuaron de manera privada, los gremios no están dispuestos a dejar de lado sus intereses personales y partidizados.
La falta de disposición de los gremios no nos permite acordar el reordenamiento de la situación laboral de toda la nómina, teniendo como norte la disminución de déficit fiscal y el logro de la sustentabilidad económica.
Todos estos años YCRT ha recibido subsidios que pesan considerablemente en el sensible presupuesto nacional y sin embargo, no se ha logrado satisfacer ningún aspecto directamente relacionado con el desarrollo y la productividad, puesto que hoy hablamos de 3.435 millones de pesos destinados a subsidiar a nuestro yacimiento, enorme erogación la cual sale de la recaudación fiscal y sin embargo el 90% de dicho monto lo usamos para pagar salarios.
Junto con los salarios desproporcionados que pagamos hay otro condicionante de nuestra economía que son los complementos jubilatorios. Las altas jubilaciones son un privilegio que reparte YCRT y se llevan más de 400 millones de pesos del total del subsidio general que nos aportan, quitándonos la posibilidad cierta de utilizar esa masa de dinero para la producción de carbón.
Además, esto lleva a nuestros jubilados a ostentar un privilegio inédito entre los trabajadores argentinos, pues en algunos casos llegan a cobrar 170 mil pesos de bolsillo, monto que representa el salario de al menos tres mineros activos.
Si no revertimos esta ecuación, nuestra empresa es inviable y lamentablemente la intransigencia y los sectores menos comprometidos con el futuro de YCRT, nos empujan inexorablemente hacia ese destino irremediable.
Nuestra empresa en todo momento ha buscado, mediante el diálogo y la negociación, el acuerdo permanente y una muestra de racionalidad de la otra parte. Nuestra apuesta al futuro de la empresa se demostró en que estuvimos dispuestos a conceder las reincorporaciones, a pesar de que contradecían el objetivo de sustentabilidad de la empresa. Además, hemos intentado por todos los medios explicar la necesidad de adecuar una escala salarial acorde a los tiempos que vivimos. A pesar de todo esto, el tiempo usado en audiencias y reuniones resultó estéril ya que no encontramos construcción colectiva del otro lado de la mesa.
Todo esto ha llevado a esta Intervención a solicitar formalmente el cierre de las actuaciones del proceso Preventivo de Crisis sin acuerdo, dejando en manos de otros niveles decisorios el destino de una empresa que en todo momento hemos tratado de preservar, potenciar y hacerla productiva.
Concluyendo, YCRT no puede convencer a quienes son parte indivisible de esta empresa, a pensar en función del crecimiento conjunto, si su actitud permanente es la de correr los límites, interponer cuestionamientos inviables y exigirle todo el esfuerzo al sector ejecutivo.
Entre todos los que trabajamos en esta Intervención tratamos de hacer lo mejor posible para reflotar al yacimiento, impulsar la terminación de la mega usina y reinstalar a YCRT en el concierto de entes y empresas productivas del país; pero solos no podemos hacerlo. Si la clase dirigente-gremial no acompaña a la empresa y a sus trabajadores, los esfuerzos se hacen insuficientes para poner en valor una empresa y promover su desarrollo de cara al futuro.