La provincia de Santa Cruz ha sido bendecida por contener algunos de los paisajes más bellos de la República Argentina y de Sudamérica. Estos paisajes, y los valores naturales y culturales asociados a ellos suponen una oportunidad de trabajo y desarrollo que no se debe menospreciar. En los últimos días se ha polemizado sobre el proyecto de ampliación del actual Parque Nacional Patagonia (53,000 ha); el cual buscaría la conservación y la promoción turística de la región comprendida entre las localidades de Los Antiguos, Perito Moreno, Bajo Caracoles y Lago Posadas a través de circuitos turísticos sobre las rutas 40, 41 y 43.
Desde la Fundación Flora y Fauna Argentina queremos explicar nuestro trabajo y compartir los motivos por los cuales creemos que la ampliación del Parque Nacional Patagonia implica una oportunidad única para los habitantes de las localidades vecinas y la región norte de la provincia, y un gran beneficio para los santacruceños y argentinos en general. Nuestra Fundación trabaja en favor del cuidado y el desarrollo del patrimonio natural y cultural del país a través de la generación, ampliación y mejora de los parques nacionales. Nuestra estrategia es simple y ambiciosa a la vez: promovemos la creación, ampliación y mejora de los parques nacionales como espacios públicos de todos los argentinos, de tal modo que sirvan tanto como reservorios de nuestros paisajes y biodiversidad como motores de una economía diversificada donde se refuerce el sector servicios (por ejemplo, a través del ecoturismo), se posicione la marca territorial para certificación de productos locales, se preserve la cultura, la historia y valorice la identidad, respetando el conjunto de saberes y actividades productivas de la región.
La Fundación está compuesta por profesionales argentinos y en el caso del proyecto que desarrollamos en esta zona, incluye principalmente a vecinos de Los Antiguos y Perito Moreno. Es decir, somos vecinos y pobladores de las áreas donde trabajamos. Amamos y conocemos nuestros lugares. Con el fin de desarrollar estos proyectos conseguimos fondos de organizaciones filantrópicas internacionales que permiten la contratación de personal, el desarrollo de actividades y la compra de tierras privadas a valor de mercado. Es esencial aclarar que todas las propiedades que compramos luego son donadas al Estado Argentino en calidad de parques nacionales, y que somos una fundación sin fines de lucro. Al contrario de lo que algunos argumentan, no formamos parte de ningún negocio inmobiliario porque no revendemos ni hacemos actividades comerciales. Todo lo contrario, convertimos capitales donados (principalmente desde el exterior, que es donde existe una tradición filantrópica) en patrimonio de todos los argentinos, para éstas y futuras generaciones. Generamos riqueza para todos los ciudadanos a partir de donaciones externas.
De esta manera hemos trabajado con gobiernos nacionales y provinciales para crear el citado Parque Nacional Patagonia, el Parque Nacional Iberá en Corrientes y el Parque Nacional Impenetrable en Chaco. En todos los parques donde trabajamos nos comprometemos no sólo a fomentar el cuidado del patrimonio natural, sino que desarrollamos proyectos destinados a convertirlos en generadores de oportunidades de empleo y desarrollo para las comunidades locales. Desde la Fundación creemos que los parques nacionales pueden y deben convertirse en motores de desarrollo económico y social. Esto ha sido probado una vez tras otra en otros países, donde los parques nacionales bien manejados se han convertido en los pilares económicos de sus respectivas regiones. Sin salir de Argentina esto está sucediendo en las localidades vecinas a los parques Iguazú, Iberá, Lanín, Nahuel Huapi, Los Alerces y Península Valdés. Y en el caso de Santa Cruz, esto sucede con el Parque Nacional Los Glaciares, fuente de desarrollo para las localidades de Chaltén y Calafate, y para muchos de los campos que lo rodean.
La elección de esta región para la creación de un gran Parque Nacional Patagonia no es caprichosa. La Meseta Lago Buenos Aires y sus alrededores figuran dentro de las prioridades de conservación de la Autoridad de Parques Nacionales y diferentes grupos científicos desde hace años. La citada meseta se comporta como una isla continental que sirve de refugio para especies de flora y fauna únicas, como es el caso del macá tobiano (patrimonio único de los santacruceños), además de albergar el único glaciar situado afuera de la cordillera. Si ampliamos el área para incluir la costa de los lagos Buenos Aires, Ghio y Pueyrredón, los paisajes únicos – de belleza geológica y glaciaria —de la ruta 41 alrededor del río Zeballos y los conectamos con los bosques y estepas del lado chileno, estamos hablando de uno de los mejores conjuntos naturales y paisajísticos de Sudamérica. Y si a esto le sumamos los atractivos culturales de la Cuevas de las Manos, el cañadón del Río Pinturas, los petroglifos de la Meseta y la noble tradición ganadera patagónica, estamos hablando de un gran paisaje natural y cultural. Cuando uno ubica este paisaje en relación a nuestra legendaria Ruta 40 que conecta con el destino ecoturístico de Calafata y Chaltén, y con el Parque Nacional Patagonia de inminente creación en la vecina Chile y la Ruta de los Parques de ese país; estamos hablando de uno de los mejores destinos ecoturísticos del Cono Sur, situado justo en el Corazón de la Patagonia.
En conclusión, creemos que la ampliación del Parque Nacional Patagonia es una prioridad para el desarrollo del noroeste de Santa Cruz y un legado único para todos los argentinos. Además, implica una buena oportunidad para los dueños de los campos vecinos, los cuales verán aumentado su valor patrimonial (como sucede alrededor de todos los parques que generan desarrollo), tener un mercado local para la venta de sus corderos y podrán incluir al alojamiento de visitantes entre sus opciones productivas.
Respecto de las preocupaciones de productores ganaderos vecinos, los que alegan que este tipo de actividad lo único que va a generar es un aumento de “especies plaga” como los guanacos y pumas. Lo cierto es que estas especies, como toda la fauna silvestre atractiva, pueden convertirse en nuevos recursos productivos para la región, tal y como sucede en otros países que han logrado integrar a la fauna silvestre dentro de sus esquemas productivos. Así lo están haciendo los dueños de campos alrededor del Parque Nacional Torres del Paine en la Patagonia chilena, en península Valdés o en las estancias y localidades de los Esteros del Iberá, en Corrientes. Asimismo, el conocimiento y la experiencia con el manejo de la vida silvestre, hoy permite manejar y resolver con diferentes técnicas los potenciales conflictos entre producciones. La misma Fundación tiene la capacidad de translocar, reintroducir especies extinctas, prevenir comportamientos depredatorios con el uso de perros, monitorear, generar anclaje dentro de sus campos de las poblaciones silvestres, entre otros manejos, dado los proyectos en marcha en el Ibera e impenetrable realizados conjuntamente con Parques Nacionales.
Recordar y respetar nuestra historia es un honor y una obligación, innovar y adaptarnos a las nuevas economías para el bienestar de las comunidades locales un desafió en el que estamos comprometidos. Debemos buscar entre todos nuevas opciones para las generaciones presentes y futuras de santacruceños y argentinos. La creación de un gran Parque Nacional Patagonia, bajo un nuevo modelo de producción de naturaleza, es una de ellas.