La Asociación Riogalleguense de Patinaje sobre ruedas participó de la última fecha del campeonato realizado en Cañadón Seco. Viajaron alrededor de 40 patinadoras entre niñas y adultas, “y nos ha ido muy bien, hemos crecido en cantidad y calidad”, dijo Hellen Meives Morrison, una de las profesoras. Esta escuela, participa en la liga Patagónica de Patinaje sobre Ruedas compuesta por 12 instituciones, y este último evento es el que cerró el torneo anual.
“Quiero agradecer a todos los padres, especialmente a los que viajaron y colaboran con todo”, indicó, ya que este tipo de eventos son autofinanciados, donde los padres cumplen diversos roles, son peluqueros, costureros, cocineros y choferes. Para solventar gastos venden rifas, empanadas o pizzas. Existe un espíritu competitivo, como en toda entidad deportiva, pero prima el esfuerzo y la solidaridad del equipo. Las clases se dictan en el Polideportivo del Personal de la Mutual de la Caja de Servicios Sociales de lunes a jueves a partir de las 18:00 horas, “y sería interesante recibir cada vez más gente, tenemos chicos de todas las edades, desde los 3 años y sin límites en las adultas”.
Escuela inclusiva
En el año 2017 no deberíamos estar hablando de escuela inclusiva, como denotando que el resto no lo hace. Las leyes existen, los derechos están consagrados, pero como muchas normas, no son respetadas. Algunas veces por desconocimiento y otras por no querer brindarle a las personas con discapacidad ese tiempito extra que necesitan para aprender. En esta escuela hay dos patinadoras con Síndrome de Down, y si bien compiten en la categoría especial, son dos eslabones esenciales en el trabajo conjunto.
Valentina Zunino, la más joven, lleva dos años practicando este deporte y junto a su madre Graciela no se pierden ninguna competencia. Juntas emprenden todo, pero Valen pide “pista” para su desarrollo personal. “Me fue muy bien, me costó mucho”, dice, tras ganar dos medallas. “Yo me arreglo sola”, esgrime, que como toda adolescente se preparaba al momento de la entrevista para celebrar la llegada de la primavera.
“La Naty”, es ya conocida en el ambiente mediático. Patina desde hace varios años y tanto en la pista como en la pantalla, se siente muy que cómoda. También siempre es acompañada por su mama Isabel, pero con algunos años más que Valentina es algo más independiente. Este año no hay más competencia, “pero siempre voy a seguir entrenando con los brazos abiertos”, asegura. Dice que siempre tiene ganas de ir a entrenar, y agradece a su profe porque le enseña nuevas figuras “que hasta me reta para que meta la lengua”. Finalmente, le dejó un claro mensaje a todos: “si uno se cae, se lastima, pero hay que seguir patinando”.