Este sábado, se conoció la noticia del envenenamiento de más de diez animales, entre perros, gatos y pajaritos, en el B° Evita de Río Gallegos a la altura de Graham Bell y Juan Manuel de Rosas. Al hacerse eco de la noticia en las redes sociales, dos proteccionistas locales se dirigieron a la zona y encontraron un perro muerto en la vía pública, inmediatamente llamaron a la policía quien se hizo presente en el lugar y manifestaron que no podían llevarse el cadáver. Los agentes se contactaron con el director de la división Control Animal, Guillermo Basualto, coordinando que retirarían el cuerpo; sin aclarar que lo llevarían al vaciadero.
Al llegar el personal municipal al lugar, sin los elementos de trabajo, los proteccionistas preguntaron sobre el destino del animal debido al peligro latente que podría significar a la salud pública no identificar qué toxina se usó en esta matanza en la zona urbana. En ese momento, fue que se les informó que el cuerpo sería trasladado al vaciadero. Los proteccionistas, entonces, decidieron hablar con el Sr. Basualto quien les dijo textualmente “que se dejaran de joder”. Una respuesta brutal e impotente por parte del funcionario. Tras esto, los proteccionistas resolvieron ir a radicar la denuncia a la comisaría 6ta.
El hecho refleja, una vez más, que el Estado y sus diferentes dependencias no brindan las respuestas que se requieren y que carecen de un plan integral que apunte a disminuir la población animal y el maltrato, sin tomar, además, los recaudos necesarios para resguardar la salud de la comunidad. Lo que puede provocar que este tipo de hechos se repitan.
Desde el Partido Obrero sostenemos que el único método ético y eficaz es un plan de castraciones gratuitas, masivas y sostenidas en el tiempo y campañas de concientización sobre el valor de la vida animal. Impulsamos la organización independiente de los vecinos contra el maltrato animal (ley 14.346), así como también invitamos a realizar la denuncia ante este tipo de hechos.